martes, 24 de marzo de 2009

Sierra Arana

Al sur de Iznalloz se levantan los espectaculares macizos calcáreos de Sierra Arana, coronada por la Peña de la Cruz, a 2.029 m. de altitud. La sierra dibuja un enclave de belleza arrebatadora, cambiante al ritmo de las estaciones, donde el tapiz de la nieve caída se mantiene durante períodos prolongados. En sus laderas crecen bosques de pinos centenarios y masas de monte mediterráneo en las que abundan las plantas aromáticas como el tomillo y el romero, antaño recolectadas para la elaboración de esencias. La zona tiene también un notable interés faunístico por la presencia de mamíferos como la cabra montés, jabalí, zorro, tejón, gato montés, gineta y ardilla, y de una gran variedad de aves entre las que destacan el águila real, azor, cernícalo, milano, búho, así como abejarucos, zorzales o perdices. En pleno corazón de la sierra, a 6 km. de Iznalloz, se sitúa el paraje de El Sotillo, área de esparcimiento preparada para acoger al visitante, con casas forestales restauradas y un curioso Museo de Micología donde se explica e ilustra todo lo tocante a las setas, organismos que proliferan en este ámbito serrano. El Sotillo es un punto de partida ideal para la diversidad de excursiones y prácticas deportivas a que invita Sierra Arana.

Particular atención merecen, además, las numerosas cuevas y simas que salpican esta sierra de formaciones cársticas, modeladas mediante la paciente transformación de la roca caliza por el agua. Junto a las cuevas de las Azuelas o de la Giganta, utilizadas por el hombre desde el Neolítico, la cueva del Agua del Peñón del Asno goza de especial consideración entre espeleólogos, geólogos, arqueólogos o simples aficionados gracias a su impactante fisonomía y espacialidad, con un lago y manantiales en su interior y recintos como la llamada Sala de la Música, cuajada de pequeños cristales de calcita.

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